La sentencia, que también establece para el juez una multa de 2.520 euros y las costas del juicio, incluidas las de las acusaciones particulares, tacha a Garzón de 'arbitrario' y 'totalitario', acusándole de "laminar derechos" y "ordenar prácticas propias de sistemas políticos ya superados" por haber intervenido las comunicaciones entre los corruptos y sus abogados en la cárcel.
Garzón pone fin así a su carrera de 32 años en la que, entre otras, también desarticuló el entramado de la banda terrorista ETA y su entorno, combatió otras formas de terrorismo, desmanteló multitud de redes de narcotráfico y blanqueo de capitales, ordenó la detención del general Pinochet y persiguió los crímenes contra la humanidad de dictaduras latinoamericanas.
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