Este miércoles se ha hecho público un gran descubrimiento en el mundo de la Historia del Arte, que ha tenido lugar en los sótanos del Museo de El Prado de Madrid. Los conservadores de la pinacoteca han hallado allí una réplica -rejuvenecida- de la Gioconda de Leonardo da Vinci, que no es una simple copia más, como tantas otras, sino que por lo visto fué pintada por Andrea Salai, uno de los pupilos favoritos y amante del pintor, mientras éste pintaba la original que expone el Louvre de París. Los expertos del Prado han empleado varios meses en estudiar, limpiar y restaurar la obra que en primer momento se concevió como una copia más. Ahora las teorías e interpretaciones en torno al inmortal retrato de la que pudo ser la joven Lisa Gherardinidel, esposa de un rico comerciante florentino llamado Francesco del Giocondo, podrían cambiar el rumbo con los nuevos resultados surgidos a partir de los estudios fotográficos y radiológicos efectuados en la copia hallada, y que goza de mejor estado de conservación.
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